Pápulas... desvaríos de un alma solvatada.
Cuando el alma se aquieta
y mis manos se vuelven azules.
Cuando el viento me empuja
y mis ojos se cierran.
Cuando el silencio se torna gris
y mi piel se abre como las escamas de un pez.
Cuando el frío atrapa la soledad
y la nuez pierde su gusto.
Cuando una pantalla no alcanza
y el espejo refleja la cara de un mártir.
¿Dónde está tu elixir,
ninfa del agua?
¿Dónde está tu capa,
de jade desgarrada?
¿Dónde está tu caricia,
pretérito de tu alma?
¿Dónde me reflejás,
si tus ojos se han vaciado?
No.
La ausencia del río
me come las uñas
mientras aplaco en tu piel
mi pudor esquivo.
Violeta,
mi alma se vuela,
se come, se conmueve.
Azul,
mis ojos se tornan
serpientes del verde.
Y saludan mi voz,
que se apaga
con cada latido.
y mis manos se vuelven azules.
Cuando el viento me empuja
y mis ojos se cierran.
Cuando el silencio se torna gris
y mi piel se abre como las escamas de un pez.
Cuando el frío atrapa la soledad
y la nuez pierde su gusto.
Cuando una pantalla no alcanza
y el espejo refleja la cara de un mártir.
¿Dónde está tu elixir,
ninfa del agua?
¿Dónde está tu capa,
de jade desgarrada?
¿Dónde está tu caricia,
pretérito de tu alma?
¿Dónde me reflejás,
si tus ojos se han vaciado?
No.
La ausencia del río
me come las uñas
mientras aplaco en tu piel
mi pudor esquivo.
Violeta,
mi alma se vuela,
se come, se conmueve.
Azul,
mis ojos se tornan
serpientes del verde.
Y saludan mi voz,
que se apaga
con cada latido.